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Notas en revistas y blogs

28 Abril 2008

Artículo de Laura Gosalbo en el número especial de Abril del Journal du Périgord

EL BOOM DE LOS LIBROS DE COCINA


Portada de Le Journal du Périgord. Número esoecial Abril 2008


Me gustan los libros de cocina desde que era pequeña.

Mi “primer amor” fue un libro de postres, del que recuerdo unas fotos de apetitosas tartas que me prometían sensaciones mágicas.


Luego, aprendí a cocinar y la gastronomía se convirtió en mi hobby y mi pasión. Y no soy la única. Actualmente, el universo gastronómico está en plena efervescencia: se escribe sobre gastronomía en periódicos y revistas de todo el mundo, la vemos en TV y algunos cocineros, se encuentran en la lista de las personalidades más influyentes o en el ranking de las mayores fortunas del planeta. El turismo gastronómico está creciendo también muy rápidamente y hasta el cine se ha puesto el delantal, una película de dibujos animados, la interesante Ratatouille, nos indica que el siglo XXI adora la cocina.

Este “gastro-boom”, que comenzó hace un par de décadas, se refleja también en el mundo de la edición(1). Miles de títulos publicados se renuevan rápidamente en las nuevas secciones culinarias de las librerías de nuestras ciudades. El mercado parece saturado, pero las ventas aumentan, y la calidad de las publicaciones también.

Quien compra un libro de cocina, es alguien (mujer, mayoritariamente) a quien le gusta cocinar o alguien que quiere aprender. Pero, ¿qué ha cambiado en los últimos años?, ¿por qué actualmente compramos tantos libros de cocina?


Se me ocurre enumerar varios factores:

1.En medio de las fluctuaciones cíclicas que marcan las economías de los países desarrollados, es indiscutible que hemos alcanzado un estado de bienestar que nos permite pensar en la comida como ocio y no como necesidad, y en casa, cuando hay tiempo, se cocina para pasarlo bien, por puro placer, como terapia para relajarse del stress de la vida moderna, se cocina para seducir, para sorprender, para agradar a nuestros amigos y familiares, para viajar desde nuestros fogones a los destinos más exóticos… en resumen, cocinamos por y para ser felices.

El interés por la gastronomía forma parte de nuestro estilo de vida, porque se ha generado una sensibilidad que combina cocina, imagen, relaciones, fama, cuidado del cuerpo y cultivo de la mente.
La cocina es también intelectualidad, porque se considera, por fin, cultura y arte y se valora, se respeta y se comienza a proteger y a recuperar el patrimonio gastronómico de cada país, dentro del mercado global, reflejando su particular idiosincrasia. Los libros de cocina muestran el desarrollo de las sociedades, sus cambios y su evolución, son la receta más sabrosa para degustar un poco de historia.

Y si seguimos las tendencias, tenemos que cocinar, tenemos que ser gastrónomos, gourmets, no tragones; tenemos que educar nuestros paladares, y actualizar nuestros conocimientos .Y los libros de cocina, son los manuales que todo aprendiz y todo sabio necesitan, ya no son meros recetarios, sino verdaderos compendios de alta cocina para todos, tratados de “yo también puedo hacerlo” para personas que disfrutan intensamente de su vida entre los cazuelas y en las mejores mesas.


2. La gastronomía se ha convertido en un fenómeno mediático. La batalla de las audiencias se ha trasladado a las cocinas. Los celebrity chefs ocupan espacios televisivos propios en todas las cadenas, son grandes comunicadores y actuales representantes de éxito profesional y social, como en la antigua Grecia, cuando los cocineros profesionales se comparaban a los grandes sabios, con un reconocimiento social equiparable al de los más elevados grados intelectuales de la elite ateniense. Proliferan no solo los programas, sino los canales temáticos de cocina, como una de las mejores fórmulas de entretenimiento. Con este medio de promoción de alto impacto, los libros de chef se convierten fácilmente en best-sellers.


3. Viajamos más y más lejos. Y en nuestros viajes, descubrimos otras formas de entender la cocina, visitamos mercados y restaurantes… Las guías gastronómicas son cada vez más, la base de partida para organizar la ruta y, una vez allí, compramos libros de cocina local para luego preparar en casa los platos de nuestras vacaciones o para saber más sobre los productos que hemos descubierto.


4. Aunque no ejerzamos como turistas, la globalización a nivel gastronómico está introduciendo, día a día, numerosos productos en nuestros mercados. Junto a los productos cotidianos, encontramos nuevos y exóticos ingredientes, y necesitamos información sobre ellos y recetas para incorporarlos a nuestra dieta.


5. La nouvelle cuisine enterró los viejos recetarios del siglo XIX, pero el gran salto se ha producido con la incorporación de las cocinas asiáticas y de las nuevas tecnologías aplicadas, produciéndose una liberación artística y gustativa, y una nueva revolución creativa, liderada desde Rosas. Como buenos “cocinillas” también queremos hacer tapas, sushis, espumas,… y encajarlo todo en un Menú Degustación Chez Moi.


6. Puede parecer contradictorio que el buen momento de los libros de cocina suceda en la era de Internet (2). Es cierto que la red nos proporciona el acceso a miles de recetas, (es innegable que es una herramienta rápida y eficaz de búsqueda de información, que los editores no deben olvidar y con la que deberán encontrar una fórmula de convivencia estable), pero, tener un libro en las manos sigue siendo un hecho más cálido, más cercano, con ese componente romántico y de compañero incondicional insustituible.

Muchos de ellos son auténticas obras de arte, con excelentes fotografías y cuidados diseños, grafismos vanguardistas: verdaderos objetos de deseo, sabrosas tentaciones irresistibles que serán una seña de nuestra identidad gourmand junto a nuestros fogones y también en nuestra biblioteca, como libros de lectura.
Esas fotografías estimulan nuestra fantasía, nos sentimos grandes chefs ante la posibilidad de realizar sus elaboraciones o incluso con la osadía de proponer cambios adaptándolas a nuestras propias creaciones.

En la sociedad de la prisa, los libros de cocina son el complemento perfecto para la gente que no tiene tiempo para cocinar pero, que disfruta leyendo sobre cocina y coleccionando los mejores y/o más curiosos ejemplares (3). Son como los libros de viajes, se disfruta mientras los lees y el placer continúa y se incrementa después de leídos, cuando pones en práctica lo aprendido en sus páginas.

Además son un regalo perfecto, para experimentados o para principiantes, para cocinar como nuestras abuelas o para preparar un menú en solo unos minutos, para elaborar deliciosos postres o para cuidar la línea con recetas sanas y con pocas calorías…

Y volviendo a la economía, si ésta no es muy boyante y queremos ahorrar, también compramos un libro de cocina, para quedarnos en casa y preparar alguna de sus recetas en lugar de salir a comer fuera(4).

Al fin y al cabo, la cocina es un viaje, pero también podemos viajar sentados en nuestra mesa.


Citas:

1. El mercado de los libros de cocina ha experimentado un crecimiento anual del 5% desde 1984 (Edouard Cointreau, Gourmand Cookbook Awards, Trendwire, October 18, 2004).

2. También en Internet hay un boom gastronómico: nuevos alojamientos de videos de cocina como Footube.net y TVCocina, y numerosísimos blogs de aficionados que muestran sus trucos y recetas.

3. Jen Haller, director de compras de las librerías Joseph-Beth (EE.UU)

4. Publisher’s Weekly, 28 Julio, 2003
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